El teatro Nokia de Los Angeles se vistió de gala para la entrega de los que bien podrían ser los Oscars de la pequeña pantalla. Las actrices aprovecharon para desplegar todos sus encantos sobre el tapiz, aunque hubo una indiscutible protagonista no sólo por su reconocimiento profesional, sino también por su clase: Kate Winslet.
La artista está viviendo un excelente momento profesional, alzándose con el premio a la mejor actriz de miniserie, pero además volvió a deslumbrar enfundada en un sencillo pero precioso vestido de Elie Saab a juego con el color de la alfombra.
Kate acaparó toda la atención gracias a su modelo en rojo pasión con un escote geométrico muy favorecedor. Como complementos eligió un clutch dorado y pulsera y pendientes con destellos en plateados.
El rojo siguió siendo el color de mujeres que brillaron con luz propia, como una de la protagonistas de Glee, Lea Michele, que se decantó por un diseño de Marchesa largo con unas hombreras que emulaban rosas. Una apuesta por la segura por un diseño de corte clásico pero que le sentaba como un guante.
Sofia Vergara, se decantó por una apuesta algo más veraniega eligiendo un tono más bien coral firmado por Vera Gang. La actriz deslumbró con un diseño de corte asimétrico drapeado que se ajustaba perfectamente a sus curvas de infarto y a la altura de la rodilla incorporaba tul haciendo un efecto evasé muy estiloso.
El diseñador Elie Saab también fue la elección de Rachel Wood, que recurrió al siempre correcto negro en un modelo de pedrería con mangas que era un apuesta segura para ir impecable.
Heidi Klum rompió con la tónica habitual y decidió aparecer enseñando pierna gracias a un romántico vestido que combinaba beige y piedra de Christian Siriano. El vestido tenía escote palabra de honor, más corto por delante que por detrás, con un bajo abullonado muy glamuroso. Como calzado se decantó por unos styletos del mismo tono.
Katy Holmes eligió un sencillísimo modelo de Calvin Klein con escote deportivo y ceñido exclusivamente por un fino cinturón plateado. Fue el estilismo más minimalista en un precioso azul índigo.
EL BOTIJO Y LA DEL SÍNDROME DE PETER PAN
No hace falta mucha más descripción para saber por qué tantoChrisitan Hendricks como Gwyneth Paltrow no estuvieron mu boyantes en cuanto a estilismo se refiere.
La actriz de Mad Men se metió -y nunca mejor dicho- en un vestido con pedrería de Johanna Johnson que le quedaba más apretado que las tuercas de un submarino. No sólo le hacía una cadera de diámetro kilométrico sino que además el escote estaba aplastado, demasiado subido y con un aspecto de flacidez en absoluto femenino. Una cosa es seducir presumiendo de curvas y otra es ir embutida.
Tampoco acertó Gwyneth Paltrow con su Emilio Pucci ya que era un modelo con aire demasiado teenager, con ese mini top de inspiración lencera que dejaba su torso al descubierto. Un dos piezas en sí bastante recargado que sería más propio de veinteañeras horteras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario