lunes, 10 de octubre de 2011

LA GUERRA POR LA HERENCIA DEL BARÓN THYSSEN



 No es ningún secreto que paraTita Cervera, la mujer de su hijo,Blanca Cuesta, no es santo de su devoción. Desde que contrajeran matrimonio, la relación madre e hijo se ha ido enfriando hasta llegar a un enfrentamiento claro por culpa de unos cuadros tasados en siete millones de euros.
   La baronesa y Borja no terminan de enterrar el hacha de guerra. Todo comenzó en 2007, cuando el primogénito de Carmen se casaba con su novia Blanca, embarazada de cinco meses.
   Fue entonces cuando la coleccionista mostró su desacuerdo a esa relación y comenzó a criticar la vida ociosa que mantenía la pareja, asegurando que Blanca "no es la mujer adecuada" para su hijo.
   Según ha podido saber El País, lejos de acercar posturas, la relación entre madre e hijo es cada vez más tensa. De hecho, Borja ha llegado a decir que no tiene inconveniente en llevar el tema del reparto de la herencia ante los tribunales.
   Dicho reparto quedó zanjado oficialmente en el año 2002 cuando en Basilea, se dividió el patrimonio del barón entre su cinco hijos, incluyendoBorja, fruto de una relación anterior de Carmen.
   Según publica el rotativo: "No es un problema de administración. Se está cumpliendo al pie de la letra lo firmado en Basilea. Recibe 300.000 dólares anuales y tres entregas de 1,25 millones en euros. Solo queda la última entrega, que se producirá cuando toque -cuando Borja cumpla 35 años", asegura la baronesa.
   Tita afirma que lo que reclama Borja no es de su propiedad, ya que se trata de una colección privada. "Todo es mío. Exclusivamente mío. Otra cosa es que se deje sacar dinero por los abogados. No se da cuenta de la situación en la que está metido".
LAS PINTURAS DE LA DISCORDIA
   El enfrentamiento en cuestión viene por dos cuadros: El bautismo de Cristo, de Giaquinto, y Una mujer y dos niños junto a una fuente, deGoyaBorja asegura que esas dos piezas son suyas ya que fueron adquiridas por el barón en Nueva York cuando el matrimonio bautizó aBorja. "Podría dejárselos en herencia si yo quisiera porque, a sugerencia mía, Heini los compró los días de su bautizo en Nueva York. Él no tiene ningún documento que acredite esa propiedad. No se entera. Ya veremos qué hago", comenta Tita.
   En mayo de 2011 la cuerda se tensó hasta el límite cuando el matrimonio entró en la pinacoteca para reclamar ambas obras, algo que se les negó, y fueron expulsados del recinto por los miembros del equipo de seguridad.
   A pesar de los ingresos fijos que Borja ingresa en concepto de alquileres y exclusivas con la revista'¡Hola!', el matrimonio ha sufrido algún que otro apuro económico. Ambos aseguran que van a dejar a un lado su vida "ociosa" se van a dedicar a trabajar en puestos que no han querido revelar.

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